Por: Dra. Janne del Carmen Rojas Vera
Discurso de Incorporación a la Academia de Mérida como Miembro Correspondiente Estadal
Distinguidos miembros de la Academia, el día de hoy vengo a compartir con Uds. el tema titulado los productos naturales y sus beneficios para el ser humano. Elegí este tópico no solo porque me he dedicado al estudio de los productos naturales por más de dos décadas, sino que además considero que es de gran importancia ya que el ser humano siempre ha tenido una estrecha relación con el reino vegetal.
Comienzo por hacer un breve resumen de la historia de los productos naturales. Desde el inicio de la evolución, el hombre ha utilizado las plantas no solo como fuente de alimentos sino para el tratamiento de las enfermedades. Existen evidencias que indican que las propiedades medicinales de las plantas se descubrieron, en su mayoría de manera casual lográndose conocer, por ensayo y error, qué tipo de plantas eran beneficiosas o perjudiciales. Este conocimiento fue pasando a través de las generaciones, quienes recopilaron datos de las propiedades y la forma de administración, generándose con esto los primeros antecedentes que se tienen sobre el uso de los productos naturales por parte del hombre.
Entre los registros más remotos se encuentran unos grabados en tablillas de arcilla, cuya acuñación se remonta al año 2100 a.C y fueron encontrados en la antigua Mesopotamia. Estos inscritos son considerados como el primer texto médico del que se tenga conocimiento; en ellos se enumeran una gran variedad de remedios de origen animal, mineral y vegetal. Se hace referencia a numerosas fórmulas y procesos, como extractos acuosos y oleosos, infusiones de vino, ebulliciones, unciones, entre otros. Los egipcios, por su parte, también realizaron importantes aportes, de ellos se conoce el papiro de Ebers, una colección de recetas escritas aproximadamente en el año 1500 a.C. que comprende 811 prescripciones y menciona unos 700 remedios, cuyos ingredientes incluyen plantas, animales y minerales.
Una de las características principales de la forma curativa antigua era la presencia de los ritos religiosos y mágicos propios de la época, ya que las personas tenían un concepto muy espiritual de las cosas; relacionaban la enfermedad y las plagas de los cultivos con fuerzas malignas o religiosas. También solía atribuirse a las plantas propiedades curativas de acuerdo a su forma o color, por ejemplo, las raíces de Chenopodium por su forma parecida a la de una lombriz se les utilizaba como antihelmíntico; el color rojo de la Sanguisorba se asociaba con la curación de enfermedades circulatorias. La forma parecida a un cuerpo humano de la Mandragora officinarum se creía que ayudaba a la fertilidad; las raíces de Rauwolfia serpentina, se usaban para combatir los efectos de las mordeduras de serpientes, por mencionar algunos ejemplos. Sin embargo, con el tiempo observaron que el efecto mágico o la forma de una planta no necesariamente coincidían con su efecto terapéutico por lo que la medicina, la apreciación física y el esoterismo se separaron, quedando únicamente el conocimiento de los productos naturales como la modalidad más popular de tratamiento.
Entre los personajes que influyeron en el uso racional de los productos naturales están: Hipócrates, nacido en el año 460 a.C., el cual usaba las plantas con fines curativos; Paracelso quien introdujo un nuevo enfoque desde el punto de vista químico en el uso de las plantas. Diocles, conocido como el recolector de raíces de plantas más importante de su época, autor de la Botánica Médica. Dioscórides (77 a.C.), autor de La Materia Médica, considerada como la principal guía de plantas medicinales de la antigüedad. Por su parte, los asiáticos también hicieron grandes aportes al campo de los productos naturales. Uno de los más famosos es el Pen ts’ ao Kang-mu, del gran naturalista chino Li Shih-Chen el cual fue publicado en 1596. Esta obra consta de 52 volúmenes donde se describen más de 1000 plantas y casi 400 sustancias animales, además de examinar cerca de 11000 prescripciones. De esta manera, el conocimiento sobre las plantas medicinales tuvo una evolución gradual, extendiéndose por toda Europa hasta alcanzar al Nuevo Mundo con la llegada de los colonizadores.
En cuanto a la evolución de los productos naturales se conoce que, hasta comienzos del siglo XIX, los medicamentos fueron únicamente preparados a base de sustancias naturales, principalmente de origen vegetal y, en menor medida, animal y mineral. Con el continuo avance de la ciencia se fueron desarrollando técnicas y procedimientos que permitieron sintetizar sustancias con las que sustituir a los productos procedentes de la naturaleza. Entre los personajes que se destacaron por sus aportes al área de los productos naturales se tienen; el farmacéutico alemán, Serturnner quien aisló la morfina del opio (Papaver somniferum) en 1806. A este aislamiento le siguió el de los alcaloides quinina, atropina y estricnina realizado por el químico francés, Joseph Pelleterier en 1820. Sin embargo, uno de los avances más importantes en el área de la salud fue sin duda el aislamiento de la cocaína en 1860 por parte de Niemann. Su importancia radica en su efecto como anestésico local, el cual, a pesar de sus propiedades altamente adictivas se usó por aproximadamente 30 años, ya que no se conocía otra sustancia con propiedades similares, hasta que Forneau logró la síntesis de la amilocaína en 1904.
Hay que resaltar que la síntesis de los alcaloides o su transformación química en derivados más potentes, ha sido ampliamente estudiada por sus aplicaciones en la medicina.
En este sentido la compañía Bayer logró, en 1898, la transformación química de la morfina en heroína. En 1905 Einhorn en un intento por mejorar las propiedades de la cocaína sintetizó la procaína, la cual se popularizó como anestésico local por los siguientes 50 años, hasta que los científicos Lofgren y Lundkvist sintetizaron la lidocaína en 1943, anestésico local ampliamente conocido y usado actualmente. Por su parte, el químico alemán Hans Fischer, realizó estudios sobre la estructura de los pigmentos sanguíneos y de la bilis. En 1929, sintetizó la hemina, sustancia responsable del color rojo de la sangre lo cual le hizo merecedor del Premio Nobel en 1935. En la década de los 30 el Dr. Richard Willstätter realizó estudios de los pigmentos vegetales y Richard Kuhn, aisló ocho tipos de carotenoides desconocidos para el momento, además realizó estudios sobre las vitaminas. Otro notable investigador fue el Dr. Stent Gyorgyi quien aisló, en 1930, el primer flavonoide de la cascara de limón, el cual denominó citrina, logrando con esto el Premio Nobel en 1947. Es importante mencionar que, el notable científico Elías Corey, merecedor del Premio Nobel de Química en 1990, le dio un nuevo enfoque a los estudios de la síntesis, al diseñar un novedoso método, para la época, conocido como retrosíntesis, el cual permite retroceder paso a paso desde una molécula objetivo hasta un conjunto de sustancias simples fácilmente disponibles; usando esta técnica logró reproducir más de 100 productos naturales y condujo por primera vez a la síntesis química de las prostaglandinas.
Sin embargo, a pesar de los grandes beneficios que se han obtenido con la síntesis química a través de la cual se crearon numerosas sustancias con propiedades farmacológicas que se han usado y se siguen usando para el tratamiento de diversas enfermedades; en la actualidad existe un renovado interés por el estudio los productos naturales enfocado hacia la búsqueda de sustancias como alternativa terapéutica. Constantemente se publican numerosos trabajos científicos donde se revelan las propiedades biológicas de los extractos y compuestos puros aislados de diversas especies botánicas. Es por esto, que considero oportuno describir brevemente que es un producto natural, como se clasifican y las rutas biosintéticas que siguen las plantas para elaborar sus metabolitos.
Producto natural, es el nombre como se le conoce a los compuestos químicos elaborados, a través de reacciones enzimáticas, por las plantas, los cuales utiliza para su desarrollo, reproducción y supervivencia. Estos compuestos se clasifican en dos grupos:
Los Metabolitos primarios que son todos aquellos compuestos que participan en los procesos químicos conocidos como º , respiración, transporte de solutos, translocación, síntesis de proteínas, asimilación de nutrientes y diferenciación de tejidos; los cuales intervienen en forma directa en la supervivencia, crecimiento y reproducción de las plantas. Estos metabolitos se encuentran en todo el reino vegetal y han sido clasificados como carbohidratos, lípidos y proteínas. Por su parte, los Metabolitos secundarios son los compuestos químicos biosintetizados por las plantas que cumplen funciones no esenciales para el desarrollo de las mismas. Tienen la particularidad de presentar una distribución restringida en el Reino vegetal, por lo que muchos de ellos son útiles en la Botánica Sistemática. Sin embargo, cumplen funciones de defensa contra predadores y patógenos; sirven como sustancias atractoras de los organismos polinizadores y actúan como agentes alelopáticos, que al ser liberados ejercen efectos sobre otras plantas.
Con relación a la formación de estos metabolitos, se conoce que ocurre a través de reacciones enzimáticas, que contribuyen en los procesos de fotosíntesis, glicolisis y en el ciclo de Kreb, formando los denominados intermediarios biosintéticos. La combinación de segmentos o unidades químicas, conocidas como intermediarios, que provienen de reacciones enzimáticas del metabolismo primario, dan lugar a la formación de los metabolitos secundarios. En este sentido, se han establecido tres rutas biosintéticas a través de las cuales se explica la formación de una variedad de compuestos. Estas rutas se conocen como; ruta del acetato, ruta del shikimato y ruta del mevalonato. A continuación, realizaré una breve descripción de cada una de ellas.
La ruta del Acetato, también conocida como ruta de los policétidos, es la vía por donde se forman una gran cantidad de compuestos como ácidos grasos, poliacetilenos, prostaglandinas, macrólidos, antibióticos y compuestos aromáticos como xantonas, antraquinonas, entre otros. La molécula intermediaria principal de esta ruta es el poli-β-ceto éster, el cual se forma por la unión de dos moléculas de acetil-CoA a través de una reacción de condensación de Claisen hasta obtener acetoacetil-CoA. Esta reacción se repite hasta generar el poli-β-ceto éster con el largo de cadena adecuado según el tipo de metabolito que se formará de acuerdo a los requerimientos de planta. Cabe destacar que, estos metabolitos son de gran utilidad para el ser humano ya que los antibióticos combaten las infecciones causadas por bacterias; las antraquinonas tienen propiedades como laxantes y las prostaglandinas se utilizan para inducir el parto, prevenir y tratar ulceras pépticas, presentan acción vasodilatadora y se usan para tratar la hipertensión pulmonar, glaucoma, entre otros.
Con referencia a la ruta del Shikimato, cuyo nombre proviene del ácido shikímico, metabolito secundario aislado por primera vez de especies del género Illicium que en japonés significa ‘shikimi’, se conoce que esta molécula, el ácido shikimico, se considera el intermediario principal para la formación de un gran número de compuestos, tales como flavonoides, cumarinas, lignanos, antraquinonas, xantonas, cromenos, entre otros.
La biosisntesis de los metabolitos secundarios que se forman a través de esta ruta comienza con la unión de fosfoenolpiruvato, molécula que proviene del proceso de glicolisis y D-eritrosa-4-fosfato que se forma del ciclo de la pentosa. Estos compuestos sufren una serie de reacciones de condensación, hidrólisis, ciclación, deshidratación y reducción hasta formar el ácido shikímico, el cual se fosforila y condensa con otra molécula de fosfoenolpiruvato para obtener el ácido corísmico, precursor de los aminoácidos fenil alanina, tirosina y triptofano, los cuales son unidades de partida para la formación de fenoles, alcaloides, entre otros.
Los flavonoides son un grupo importante de metabolitos secundarios que se forman por la combinación de unidades provenientes de dos rutas biosintéticas. Una molécula de 4-hidroxicinamoil-CoA (proveniente de la ruta del shikimato) se une a tres unidades de malonil-CoA (provenientes de la ruta del acetato). La cadena que se forma puede plegarse de dos maneras permitiendo que ocurran ciclaciones aldólicas o de claisen, que por intervención de las enzimas estilbeno sintetasa y chalcona sintetasa dan origen a las moléculas que reciben los mismos nombres, estilbeno y chalcona, respectivamente, las cuales forman parte de una gran variedad de sustancias conocidas como flavonoides.
Estos compuestos se encuentran abundantemente en el reino vegetal, los estudios han revelado que poseen actividad anti-viral, anti-inflammatoria, antioxidante, cardioprotectora, anti-diabética, previenen la aparición de células cancerígenas, entre otros.En la naturaleza, la función que cumplen los flavonoides es proporcionar el color de las plantas. El color amarillo es debido a la presencia de chalconas y flavonoles mientras que, rojo, azul y violeta se deben a las antocianidinas. En el caso de las flavonas que no son detectadas por el ojo humano, pueden absorber luz UV y ser detectadas por los insectos, esto con la finalidad de atraer los polinizadores.
Entre los ejemplos más comunes de flavonoides se encuentra la quercetina, ampliamente distribuida en el reino vegetal. Presenta propiedades antioxidantes y previene la oxidación de las lipoproteínas de baja densidad. Se consigue principalmente en las uvas que se usan para preparar vino rojo, donde está presente junto a el kaempferol y las antocianidinas. En el té negro se pueden observar catequinas y derivados esterificados, los cuales también han mostrado actividad antioxidante. De la misma manera, las catequinas contribuyen a dar el sabor astringente de algunas bebidas y comidas. Además de ser conocidos como agentes antioxidantes, los flavonoides se consideran como una alternativa terapéutica para el tratamiento de enfermedades neuronales.
Otro grupo importante de metabolitos secundarios originados por la combinación de fosfoenolpiruvato y D-eritrosa 4-fosfato, son los alcaloides. Estas sustancias derivan de los aminoácidos fenilalanina y tirosina que provienen de unidades de felipropano, y junto al triptófano son los precursores de una amplia variedad de estructuras de naturaleza alcaloidal.
Por su parte, los alcaloides son de carácter básico, se presentan como sólidos cristalinos incoloros y de sabor amargo. Se aíslan principalmente de las plantas superiores, pero también de microorganismos y animales. La mayoría poseen efectos psicoactivos, sin embargo, son usados para tratar diversas afecciones en el ser humano. Entre los más comunes se tienen, la cocaína, precursor de una serie de sustancias con actividad anestésica local, tales como benzocaína y lidocaína, muy usados en la actualidad por el hombre. La atropina que presenta excelente propiedad antiespasmódica y se usa en preparados farmacéuticos para aliviar dolores estomacales. La quinina y sus derivados que se utilizan para combatir la malaria; la cafeína y nicotina, comúnmente usadas como estimulantes y la colchicina como antiinflamatorio para aliviar los síntomas causados por la gota, enfermedad de tipo reumático que causa inflamación de las articulaciones por acumulación de cristales de ácido úrico.
La tercera y última ruta biosintética es conocida como la ruta del mevalonato a través de la cual se forman los terpenos cuya unidad básica es el isopreno (2-metil-1,3-butadieno), el cual se encuentra en dos formas activas, dimetilalilpirofosfato e isopentenilpirofosfato, coexistiendo en equilibrio por acción de la enzima isomerasa. La unión de varias moléculas de isopreno da lugar a la variedad de terpenos que se encuentran ampliamente distribuidos en el reino vegetal, los cuales, se clasifican de acuerdo al número de átomos de carbono que posean; de esta manera los monoterpenos presentan 10 átomos de carbono, los sesquiterpenos poseen 15 C, los diterpenos 20 C, los sesterpenos 25 C, triterpenos 30 C, tetraterpenos 40 C y politerpenos >40 C.
Existen numerosos reportes sobre los efectos de los terpenos como agentes antibacterianos, antifúngicos, antioxidantes y citotóxicos,además, se usan ampliamente en diversas industrias, como, por ejemplo, en la industria alimentaria se usan como saborizantes y aromatizantes mientras en la industria cosmética se usan como base para fabricar esencias. En la agricultura se utilizan para provocar la inhibición del crecimiento de algunas malezas o en otros casos para favorecer el desarrollo de los cultivos.
Con relación a lo descrito anteriormente, el ser humano en su constante búsqueda de sustancias para el beneficio de la salud, ha logrado reconocer diversas propiedades biológicas en los metabolitos secundarios, lo cual ha despertado el interés de los investigadores por el campo de los productos naturales con el fin de hallar nuevas alternativas terapéuticas. En los siguientes minutos les voy a dar un breve resumen sobre algunos estudios reportados recientemente que revelan el potencial biológico que las plantas pueden ofrecer en el área de la salud.
La búsqueda de nuevas sustancias con propiedades antimicrobianas es uno de los estudios más frecuentemente reportados. El término antimicrobiano se refiere a la capacidad que tiene una sustancia natural o producto químico para detener la multiplicación de los microrganismos. Por su parte, los microorganismos patógenos son los causantes de un número importante de enfermedades, que en muchos casos han sido mortales para el ser humano. Es por eso que, el descubrimiento de la Penicilina®, por parte de Alexander Fleming en el año 1928, es considerado como uno de los más importantes en el campo de la Medicina. Con relación a los antibióticos, se conoce que una gran variedad de estos han sido aislados de fuentes naturales, tales como suelos, plantas, entre otros. Sin embargo, con el avance de la ciencia y la introducción de la síntesis química, se lograron obtener diversas moléculas las cuales han sido usadas como medicamentos para combatir las infecciones bacterianas. Desafortunadamente la lucha contra los microorganismos patógenos continúa retando al sector salud en gran parte del mundo, tanto de los países desarrollados como los que están en vías de desarrollo y la razón principal es la resistencia que presentan algunos de estos frente a los antibióticos de uso común.
El término, resistencia microbiana, se define como la capacidad que tiene un microorganismo para evadir los efectos de los medicamentos a los que originalmente era vulnerable, lo cual se considera un problema grave de salud pública ya que pueden desarrollar más de un mecanismo de resistencia y tienen la facultad de transmitirlo a otros de su misma o diferente especie. Es por esto que, los investigadores han mostrado gran interés en los productos naturales, con la finalidad de buscar alternativas para enfrentar estos inconvenientes y dar posibles soluciones.
Son numerosos los estudios que se publican en las revistas científicas donde se muestran las propiedades antimicrobianas de diferentes especies vegetales. Entre estos resalta el estudio de las hojas de guayaba, cuyo nombre científico es Psidium guajava y de especies del genero Piper que presentan actividad frente a cepas de Staphylococcus aureus resistentes a la Meticilina® y Enterococcus resistentes a la Vancomicina®. Además, los aceites esenciales de especies de los géneros Lippia (Verbenaceae), Thymus (Lamiaceae) y Brassica (Brassicaceae), cuyos componentes mayoritarios son los monoterpenos p-cimeno, linalool, timol y carvacrol que poseen amplio espectro de actividad a bajas concentraciones.
Un estudio que llamó mi atención es el de los compuestos fenólicos presentes en muestras de mieles colectadas en diferentes localidades de Irán, los cuales, poseen actividad frente a Escherichia coli, indicando que dichas mieles podrían usarse en la preparación de medicamentos para el tratamiento de infecciones causadas por este tipo de bacteria. En este orden de ideas, el grupo de investigación “Biomoléculas Orgánicas”, adscrito al Instituto de Investigaciones de la Facultad de Farmacia y Bioanálisis de la Universidad de Los Andes, integrado por el Dr. Antonio Morales, la Dra. María Eugenia Rondón, el Dr. Alexis Buitrago, la Dra. Diolimar Buitrago y mi persona, también ha realizado aportes en esta área en colaboración con la Dra. Judith Velasco del Departamento de Microbiología y Parasitología de la misma Facultad. Es así como los aceites esenciales obtenidos de la especie Pimenta racemosa var. racemosa colectada en Rubio estado Táchira, mostraron actividad de amplio espectro no solo frente a bacterias de referencia internacional sino frente a cepas como Staphylococcus aureus resistente a la Meticilina, Escherichia coli productora de Betalactamasa de espectro extendido y frente a las levaduras Candida albicans y Candida krusei. Además, el extracto metanólico de las hojas de Licania pyrifolia y Couroupita guianensis dos especies oriundas del estado Bolívar, así comolas especies Vismia macrophylla, Vismia baccifera, Conyza bonariensis y Piper hispidum colectadas entre los estados Táchira y Mérida, han mostrado actividad antibacteriana de amplio espectro. Esto por presentar algunos ejemplos.
Sin embargo, los estudios en extractos vegetales no solo se han enfocado en el sector salud, sino que, además, se han realizado ensayos para determinar actividad frente a bacterias que causan descomposición en los alimentos y representan riesgos de intoxicación para el consumidor,como ejemplos se tienen, el extracto de las hojas de la granada, cuyo nombre científico es Punica granatum el cual causa inhibición del crecimiento bacteriano de Staphylococcus aureus y Pseudomonas aeruginosa; el ajo cuyo nombre científico es Allium sativum que posee efectividad frente a las cepas Staphylococcus aureus, Pseudomonas aeruginosa y Bacillus subtilis, representando una alternativa natural para la preservación de los alimentos y de esta manera evitar problemas de salud causados por intoxicación.
Otra de las áreas con gran enfoque en la actualidad es la búsqueda de sustancias con actividad antioxidante. Los radicales libres conocidos como iones superóxido, peróxido de hidrógeno y radical hidroxilo, son especies altamente reactivas generadas a través del metabolismo del oxígeno y de diversas reacciones bioquímicas en el organismo. La acumulación de estos radicales puede causar estrés oxidativo en las células y propiciar patologías tales como cáncer, diabetes, enfermedades hepáticas, artritis, inflamaciones, envejecimiento prematuro, entre otras. Diversas investigaciones han determinado que los efectos dañinos de los radicales libres, pueden aminorarse por acción de los captadores de estas sustancias tales como las enzimas catalasa, glutatión peroxidasa, y glutatión reductasa, así como, el efecto de agentes antioxidantes entre los que se encuentran los polifenoles, flavonoides, carotenoides y vitaminas E y C.
Algunos ejemplos de estudios realizados por nuestro grupo de investigación en esta área se encuentran el de los aceites esenciales de la especie Pimenta. racemosa var. Racemosa, formado principalmente por monoterpenos y sesquiterpenos, y las especies Vismia macrophylla y Vismia baccifera, cuyos componentes principales son quinonas, antraquinonas, flavonoides y terpenos, los cuales mostraron alta eficiencia para captar radicales libres y de esta manera actuar como agentes antioxidantes. Por otro lado, la especie Sorghum bicolor, constituido principalmente por los ácidos: gálico, caféico, elágico, clorogénico y p-cumárico, además de los flavonoides quercetina, luteolina y apigenina, presentaron igualmente elevada actividad antioxidante.
Continuando con los temas de gran interés para los investigadores se encuentra el estudio de sustancias con propiedades antivirales. Los virus son agentes infecciosos que solo pueden multiplicarse dentro de las células de otros organismos y tienen la capacidad de infectar desde animales, plantas hasta bacterias. Se componen de material genético (ADN ó ARN), el cápside cuya capa proteica resguarda a los genes y la envoltura vírica que rodea al virus cuando se encuentra fuera de la célula. En cuanto a su clasificación, la familia Picornaviridae incluye importantes patógenos y dentro de los nueve géneros que la componen, los Hepatoviruses, Rhinoviruses y Enteroviruses, son los causantes de la mayoría de enfermedades en los humanos cuyo tratamiento y prevención ha sido una tarea muy complicada, debido a las mutaciones que estos realizan, logrando generar tolerancia a los agentes antivirales de uso común. Es por esto que existe un gran interés por el estudio de sustancias de origen vegetal con potencial actividad antiviral.Entre los estudios recientes se tienen, las saponinas aisladas de las flores de Verbascum las cuales mostraron actividad frente al virus del herpes tipo 1. El extracto de las semillas de Aesculus hippocastanum mostró efectividad frente al virus RSV causante de enfermedades respiratorias como la bronquitis. Ese estudio reveló que el extracto reduce la presencia del virus en los pulmones y disminuye la inflamación. Asimismo, el metabolito secundario, β-escina, una saponina aislada de esta especie ha demostrado actividad frente al virus del herpes simple tipo 1 y el virus del dengue, además, posee actividad antiinflamatoria y anti-edematosa.
Por otro lado, el enterovirus EV71 es el causante de la enfermedad conocida popularmente como manos, pies y boca, la cual suele estar asociada con secuelas neurológicas en los pacientes infectados. La soforidina, un alcaloide asilado de Sophora flavescens, especie perteneciente a la familia Leguminosae, usado en la medicina popular asiática para tratar fiebre e inflamación del tracto respiratorio, ha mostrado en ensayos in vitro su actividad frente a células Vero infectadas con este virus. Además, se demostró que, al realizar el pretratamiento de las células con el alcaloide, se previene en un 100 % el ataque del virus. Otro estudio reveló que el aceite esencial de Osmunda regalis una especie de helecho oriundo de Tunisia presenta actividad in vitro frente al enterovirus CV4 relacionado con patologías como la miocarditis, diabetes tipo 1 y otras enfermedades del sistema nervioso central.
Otro reto para los investigadores es el estudio de agentes con actividad antitumoral. El cáncer es una enfermedad compleja que envuelve diversos cambios en la fisiología de la célula, provocando el crecimiento descontrolado de la misma el cual se conoce como neoplasia y conduce a la formación de los denominados tumores malignos. El proceso biológico por el cual las células normales son transformadas en células cancerígenas ha sido objeto de numerosas investigaciones. Una de las principales interrogantes es el origen del cáncer; conocer cual o cuales son los factores que dan inicio a la formación de células neoplásicas, para poder formular estrategias claras y combatir propiamente dicha enfermedad, sin causar daño severo a las células normales. Además, el proceso de metástasis donde las células cancerígenas se dispersan desde su lugar de origen, viajan por el torrente circulatorio y el sistema linfático para formar nuevos tumores en otras partes del cuerpo, sigue retando a los investigadores. Por lo antes expuesto, la búsqueda de agentes antitumorales se ha convertido en una de las prioridades para el sector salud, por esta razón diversas investigaciones se realizan constantemente con el propósito de obtener nuevos fármacos para el tratamiento del cáncer. En este sentido, el reino vegetal ha mostrado ser una fuente diversa de sustancias con posible actividad antitumoral. En los siguientes párrafos se describen algunos ejemplos de estudios en extractos y compuestos puros aislados que demuestran el potencial que las plantas pueden ofrecer.
El extracto etanólico de los frutos de Callistemon viridiflorus y los compuestos ácido gálico, ácido elágico y quercetina, aislados de éste, mostraron actividad citotóxica contra células de leucemia P388. Las hojas de cuatro especies del genero Kalanchoe pertenecientes a la familia Crassulaceae mostraron actividad frente a las células de leucemia T limfoblástica aguda. El extracto de la zanahoria cuyo nombre científico es Daucus carota, perteneciente a la familia Apiaceae mostró actividad frente a líneas celulares de cáncer de mama. Otro estudio evidenció el efecto antitumoral de dos saponinas triterpenoidales de núcleos cicloartano y oleanano, aislados de la especie Ligularia perteneciente a la familia Asteraceae frente a seis líneas celulares de cáncer, tales como cáncer epitelial de cérvix, cáncer hepático, gástrico, de la glándula mamaria, leucemia y cáncer pulmonar. Por otro lado, dos derivados del timol aislados de las raíces de Eupatorium chinense, familia Asteraceae, mostraron actividad citotóxica contra las líneas celulares de cáncer nasofaríngeo, de cérvix e intestino delgado y cáncer gástrico, mientras que un terpenoide de núcleo iridoide aislado de las raíces de Belamcanda chinensis mostró actividad contra las células de adenocarcinoma colorrectal y adenocarcinoma de mama. Nuestro grupo de investigación Biomoléculas Orgánicas, también ha realizado aportes en esta área. El estudio más reciente fue realizado con los extractos de V. macrophylla y V. baccifera los cuales mostraron inhibición del carcinoma de cuello uterino, carcinoma de mama y carcinoma de próstata.
Para concluir ratifico que, la búsqueda de sustancias naturales con potencial uso para el ser humano, tanto en la industria alimenticia, cosmética como en la farmacéutica siempre ha sido un tema de gran interés para los investigadores. El estudio de las propiedades biológicas de muchos metabolitos secundarios ha fomentado el desarrollo de este campo en la búsqueda de nuevas alternativas como agentes antibióticos, insecticidas, antioxidantes, antivirales,antitumorales, anticonvulsivantes, antiinflamatorios, antiparasitarios, hipoglicemiantes, entre otros. En este sentido, los estudios fitoquímicos biodirigidos son una herramienta muy útil para el investigador del área de los productos naturales, ya que se puede relacionar la actividad biológica de un determinado extracto de planta con la naturaleza de los compuestos químicos presentes. Además, el descubrimiento de nuevas sustancias químicas con potencial efecto farmacológico representa una alternativa de gran importancia en el área de la salud, principalmente en las patologías donde se requiere de nuevos compuestos ya que los existentes muestran, en algunos tipos de enfermedades, ser ineficaces bien sea por el desarrollo de resistencias bacterianas, virales o porque no se conoce el origen de la enfermedad. Es por esto que, la ciencia moderna se plantea diversos retos, entre estos, la necesidad de desarrollar nuevas estrategias de tratamiento y profundizar más los estudios para conseguir moléculas nuevas que muestren mayor efectividad y sean menos toxicas para el organismo.
Por último, deseo expresar mi sincero agradecimiento a la Academia de Mérida por la oportunidad que me brinda al formar parte de tan prestigiosa institución, integrada por profesionales con elevados niveles de preparación y dispuestos a compartir sus conocimientos y habilidades con la sociedad, dejando un invaluable legado para futuras generaciones, espero desempeñarme a la altura de los honorables miembros de la misma. Considero oportuno el momento para agradecer a Dios por las bendiciones que siempre me ha dado, bajo su mirada y protección he podido lograr muchas metas, tanto a nivel personal como profesional. A mis familiares, mi madre, la Sra. Rosa de Rojas quien me acompaña hoy junto a mis hijos, José Rodolfo y José Rafael, a mi hija Jenny quien no pudo estar presente en el día de hoy pero que me acompaña desde la distancia con sus buenos sentimientos y mi esposo Richard también presente aquí en esta sala, a ustedes muchas gracias por su amor, comprensión y apoyo incondicional. A mis amigos y compañeros de trabajo, quienes hoy me honran con su presencia, muchas gracias por su bella y valiosa amistad. Muchas gracias por su amable atención y tengan todos muy buenas tardes.
Dra. Janne del Carmen Rojas Vera