ECONOMÍA Y TECNOLOGÍA DE LAS CRIPTOMONEDAS

Por: Dr. Rafael E. Solórzano, Individuo de Número, Sillón 11 y Dr. Jonás A. Montilva C., Miembro Correspondiente Estadal.

PRIMERA PARTE: CRIPTOMONEDAS: ¿UNA NUEVA FORMA DE DINERO?

Dr. Rafael E. Solórzano

El dinero: ¿Qué es y para qué sirve?

El dinero es el stock de activos que en una economía se utilizan para la realización de transacciones, para el pago o cancelación de las obligaciones generadas en dichas transacciones, para referenciar los precios y los valores de los bienes y servicios transados y para transferir valor y poder adquisitivo desde el presente al futuro. El dinero es un medio fundamental para el eficiente funcionamiento de una economía moderna.

Funciones del dinero:
  • Servir como medio de intercambio.
  • Servir como medio de pago.
  • Servir de unidad de cuenta (numerario).
  • Servir como reserva de valor.
Características requeridas

Para cumplir sus funciones como dinero, un bien debe:

  • Ser universalmente aceptado como medio de cambio y como medio de pago y ser muy fácil de reconocer.
  • Ser un bien homogéneo: Sus unidades no deben presentar ninguna diferencia física entre sí y deberán ser de igual calidad.
  • Debe ser divisible en unidades suficientemente pequeñas y fácil de transportar.
  • Debe poseer durabilidad: No debe ser fácilmente deteriorable con su uso.
  • Debe ser difícil de falsificar.

Las razones por las cuales las personas desean mantener dinero, como expresión de una parte de su riqueza, conforman uno de los aspectos más importantes de la teoría de la demanda de dinero. La teoría monetaria establece que la gente demanda dinero, debido al influjo de tres razones: El motivo transacción, el motivo precaución y el motivo especulación (J. M. Keynes, The General Theory of Employment, Interest, and Money. 1936), los cuales están directamente relacionados con las funciones que cumple el dinero: Los dos primeros motivos, relacionados con las funciones de servir de medio de cambio y de medio de pago; el tercero, con la función de reserva o depósito de valor.

Breve recuento histórico

En las sociedades más primitivas de las que se tiene conocimiento, toda la producción obtenida se destinaba al consumo. No existiendo excedentes productivos, tampoco existía el intercambio de bienes. No era necesaria la existencia del dinero.

Sin embargo, a medida que la población y la producción crecían, la obtención de excedentes permitió la posibilidad del intercambio.  Inicialmente se utilizó el trueque o intercambio directo de mercancías, el cual resultó ineficiente e inconveniente, por implicar muy elevados costos de transacción y exigir la doble coincidencia de necesidades, deseos y cantidades a transar. Se hizo así necesario utilizar un bien como instrumento para facilitar el intercambio y para la cancelación de las obligaciones generadas en las transacciones. Es decir, el uso del dinero.

Históricamente muchos productos han sido utilizados como dinero: El ganado, el aceite, la sal, los metales preciosos, las monedas metálicas, y hasta los cigarrillos (en los campos de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial), etc. Todos ellos, modalidades de dinero-mercancía, en las cuales el producto usado como dinero posee un valor intrínseco en sí mismo como bien de consumo.

Durante la Edad Media, en plena vigencia del Mercantilismo, la forma de dinero predominante fue la acuñación de monedas de oro y plata. Posteriormente, con el surgimiento de la banca surgió también el papel moneda, representando un estadio superior de evolución en la historia del dinero, para el cual la confianza en los emisores de ese dinero y en su aceptación universal como tal, y la comodidad para su transporte y su uso resultaron factores importantes para generalizar su uso. Originalmente toda la emisión monetaria, era realizada por particulares. Con el posterior surgimiento de los primeros bancos centrales y la constitución de los estados nacionales, en Europa, la emisión de dinero pasó a ser monopolio de los gobiernos, y el dinero así emitido (monedas acuñadas e impresión de billetes) pasó a convertirse en dinero de curso legal. La confianza continuó constituyendo el elemento principal para garantizar el adecuado funcionamiento del sistema, por lo cual a esta modalidad de dinero también se le considera un dinero fiduciario.

Una evolución posterior, a partir del siglo 18, generada en el desarrollo del sistema bancario y del sector financiero de la economía dio origen a lo que hoy conocemos como el dinero bancario, es decir el dinero creado por los bancos comerciales a través del mecanismo de la expansión múltiple del crédito bancario, que las instituciones bancarias cumplen al utilizar las reservas excedentes (por encima del encaje legal) para realizar inversiones rentables. El dinero bancario no es dinero físico. Es, básicamente, dinero electrónico. Las cuentas bancarias, los depósitos a la vista, las tarjetas de débito y las de crédito, de uso tan difundido y generalizado en nuestros días, como instrumentos para realizar transacciones de intercambio y como medios de pago, son parte importante de esa evolución hacia el dinero bancario, el cual forma parte de los agregados de la oferta monetaria de la economía.

La evolución más reciente dentro de esta breve historia, está constituida por el surgimiento de las criptomonedas, a partir de la publicación en el año 2008 del trabajo seminal de Satoshi Nakamoto y luego del inicio del minado de bitcoins como las primeras criptomonedas de la historia, desde comienzos del año 2009.

¿Qué son las criptomonedas?

Una criptomoneda es un medio de pago virtual, creado mediante complejos procesos de cálculo, llamados blockchains, los cuales procesan y guardan todas las transacciones realizadas por los propietarios de la criptomoneda, que a su vez son públicamente visibles con el uso de software especializado basado en tecnología de redes P2P (Peer-to-Peer) , pero que a través de un conjunto de complicadas técnicas de encriptación, solo permiten que dichas transacciones sean realizadas por su propietario. Tratándose de una moneda virtual, no es dinero físico, ni impreso como un billete, ni acuñado como una moneda metálica.  De allí que para adquirir una criptomoneda, sea necesario comprarla con dinero físico convencional, lo cual hace que la transacción de compra-venta de criptomonedas, sea equivalente a una compra-venta de divisas, sólo que dicha operación no se hace a través del sistema bancario sino en portales digitales especializados.

Algunas características muy peculiares de las criptomonedas, las distinguen del dinero convencional:  En primer lugar, no es dinero emitido por el banco central ni creado por el sistema bancario privado a través del proceso de utilización de las reservas excedentarias para hacer negocios rentables. Como en los tiempos del Mercantilismo, en la Edad Media europea, estas monedas, por el contrario, son creadas por los particulares.  Por consiguiente, la cantidad que de las mismas pueda existir en circulación, no depende de la política monetaria. Por ejemplo, en el caso muy conocido del bitcoin, desde sus inicios se estableció que la máxima cantidad que podía crearse del mismo, fue fijada en 21 millones de bitcoins, estimándose que para el año 2040 tal límite podría ser alcanzado. Es justamente, esta inelasticidad de oferta de estas monedas, uno de los factores que explican su revalorización a medida que con una demanda creciente, va aumentando el número de bitcoins creados y transados.

En segundo lugar, la emisión y el uso de las criptomonedas como medios de cambio y de pago, no están sujetos a ningún tipo de regulación gubernamental, ya que funciona como un sistema descentralizado. En tercer lugar, Las criptomonedas, al ser creadas por los particulares, prescindiendo del papel emisor del banco central, implican que el gobierno pierde los ingresos que por concepto de señoreaje hubiese generado la creación legal de esos medios de pago. El señoreaje, como se sabe, son los ingresos que el gobierno obtiene por el hecho de ejercer el monopolio de la emisión de dinero de curso legal. Finalmente, las criptomonedas son absolutamente seguras, no pueden ser falsificadas, como si podría serlo un billete de banco, ni tampoco ser hackeadas.

Aunque las criptomonedas no son universalmente aceptadas como medios de cambio ni como medio de pago, su utilización en transacciones de gran tamaño es cada día más omnipresente en el comercio mundial. Desde el 2009 hasta el presente, han sido creadas más de 1.500 criptomonedas, algunas de las cuales –como Bitcoin y Ethereum- han alcanzado un notable éxito comercial en el mercado, mientras que otras han tenido una vida muy efímera.

Las criptomonedas representan, sin duda, una nueva forma de dinero, que está revolucionando la manera convencional de hacer negocios y de financiar las transacciones en un nivel nacional e internacional.

Y al igual que ocurre con el dinero fiduciario, el factor fundamental para el exitoso funcionamiento de estas monedas virtuales, reside en la confianza. Y aunque por ahora su participación en el comercio mundial para financiar las corrientes de comercio exterior y para generar un sistema eficiente de pagos internacionales representa una proporción muy minoritaria de los flujos de comercio internacional (menos del 10% según algunos). El crecimiento que hemos observado en el surgimiento y el uso de estas criptomonedas en el comercio mundial, mueve a ser optimistas respecto al futuro previsible.

Tal como han afirmado un par de ejecutivos del Investment Banking, GF Inbursa, “…Estamos en el amanecer de una tecnología que podría cambiar la forma en la que se genera la confianza en la sociedad. Las criptomonedas están dando pasos serios y robustos para asentar de la forma más directa y con menos errores una tecnología que transformará las relaciones humanas. Por ello es crucial explicar este nuevo concepto y evitar que la región latinoamericana pierda la oportunidad de ser pionera en este tema tan relevante” (Arreola-Rosales y Vallejo, 2017).

SEGUNDA PARTE: TECNOLOGÍA DE LAS CRIPTOMONEDAS

Dr. Jonás A. Montilva C.

Introducción a la segunda parte

Las tecnologías digitales – denominadas, también, tecnologías de información y comunicación – han ocasionado cambios sustanciales en todos los sectores de la sociedad contemporánea. La Internet, en particular, ha habilitado una serie de cambios económicos, sociales, políticos, organizacionales e individuales sin precedentes. Esta tecnología ha hecho posible que la información digital – aquella procesada y producida automáticamente a través de computadores – pueda ser distribuida, accedida y compartida globalmente, de manera casi ilimitada, sin mayores restricciones que aquellas impuestas por la misma tecnología.

Tanto la sociedad contemporánea como la economía mundial son, ahora, mucho más dependientes de la información y de su distribución mediante redes digitales, que como lo fueron en el pasado. Yochai Benkler, conocido profesor de Derecho Empresarial en la Universidad de Harvard, en su libro titulado la “Riqueza de las Redes”, define a esta nueva economía como la «economía de la información distribuida», una economía centrada en la información y su procesamiento digital y caracterizada por acciones descentralizadas, cooperantes y distribuidas a través de dispositivos electrónicos inteligentes.

En los últimos diez años, ha surgido un conjunto de tecnologías digitales disruptivas, que ha obligado a los diferentes sectores de la sociedad a llevar cabo transformaciones estructurales y funcionales profundas. Entre las más impactantes, a mi entender, están: El Internet de las Cosas que conecta a múltiples dispositivos electrónicos de la más variada índole; los Grandes Datos o Big Data que agrupa, procesa y analiza, a tiempo real y en cuestión de segundos, grandes volúmenes de datos por el orden de miles de millones de gigabytes; y, finalmente, el Aprendizaje Inteligente que le da a los dispositivos electrónicos la capacidad de aprender a través de la interacción con sus usuarios.

A estas tecnologías digitales habrá que agregar, como lo demostraremos más adelante, la Cadena de Bloques (Blockchain) y el Internet del Valor. Estas dos tecnologías causarán una disrupción sinigual en la mayoría de los sectores de la sociedad digital en la que ya estamos inmersos. Esta disrupción trasciende la banca y los mercados financieros y afectará a todos los medios de almacenamiento, distribución y gestión de información, tal como los conocemos actualmente. La identificación ciudadana, los registros públicos, los sistemas de registro electoral, las historias médicas y los registros de propiedad intelectual son solo algunos de los procesos y sistemas que se verán beneficiados y transformados con el uso de estas nuevas tecnologías.

El sector de la economía no escapa a estas transformaciones. Los procesos de intercambio tanto de bienes y servicios como de activos digitales son cada vez más novedosos, automatizados y distribuidos. El surgimiento del dinero digital marcó el inicio de una revolución tanto en los procesos de compra y venta de bienes y servicios, como en la transferencia y acumulación de activos financieros. El Internet del Valor, como se le conoce al grupo de tecnologías digitales que facilitan el comercio mundial, ha creado la mayor y más efectiva red mundial de intercambio de bienes y servicios jamás concebida por sociedades anteriores a la nuestra.

Con la creación y desarrollo de las criptomonedas, iniciadas a finales de la década pasada, han surgido nuevas tecnologías digitales que tienden a transformar la manera en que realizamos no solo transacciones de compra-venta de bienes y servicios, sino el almacenamiento, protección y acceso a diferentes tipos de activos de información digital, tales como: la identificación personal, el registro de bienes y propiedad intelectual, los contratos de servicios, las historias médicas, documentos legales, la certificación de origen, la música digital, etc.

La segunda parte de esta conferencia tiene que ver con los aspectos tecnológicos que están detrás de las criptomonedas. Nos hemos trazado como objetivos, de esta parte, develar, en primer lugar, las propiedades esenciales, estructurales, funcionales y contextuales que tienen las criptomonedas y sus tecnologías de soporte; y, en segundo lugar, mostrar el potencial que estas tecnologías tienen para resolver los problemas de manejo de datos digitales; problemas que son propios de una sociedad y economía digital cada vez más dependiente de la información distribuida.

Origen y auge de las criptomonedas

Al menos tres razones justifican el origen y auge de las criptomonedas. Todas ellas están asociadas a las limitaciones y deficiencias que presentan las monedas digitales de curso legal, tales como el dólar y el euro. En primer lugar, está el conocido problema del doble-gasto, que consiste en la posibilidad de que una misma unidad monetaria pueda copiarse indebidamente y gastarse varias veces.  Este problema es ocasionado por la vulnerabilidad que presentan las bases de datos centralizadas y controladas por entes financieros; pues, al ser únicas y estar centralizadas, se pueden duplicar con relativa facilidad, de la misma manera como se duplica cualquier archivo digital; lo que abre un espacio o ventana para el acceso y manipulación indebida de datos privados. La segunda razón tiene que ver con el elevado costo que tienen las transacciones monetarias controladas por la banca y demás instituciones financieras. Y, finalmente, está la necesidad de garantizar la privacidad de los datos de identificación de los clientes o usuarios de las monedas digitales, lo cual se presta, también, para el uso indebido de la tecnología.

De acuerdo al portal CoinMarketCap, para inicios de abril de este año existe un total de 1.596 criptomonedas diferentes. El Bitcoin sigue siendo la de mayor capitalización de mercado (esto es el valor total de la moneda), seguida del Ethereum, Ripple y Bitcoin Cash.  El Petro, una incierta y cuestionada moneda lanzada por el gobierno venezolano en febrero de este año, tiene un valor unitario determinado por el precio del barril de petróleo, actualmente cotizado en, aproximadamente, 60 dólares por barril. Sobre esta moneda hablaremos más adelante.

Definición de las criptomonedas

No existe una definición globalmente aceptada del término “criptomoneda”. Para algunos autores es una moneda digital, para otros es una moneda virtual y para algunas organizaciones financieras, tales como el Banco Central Europeo, no es una moneda sino una representación de valor. Conviene, por lo tanto, aclarar estas diferencias a objeto de lograr una definición más clara y precisa de este término. Para ello acudimos a la Ontología que nos permite responder, con mayor precisión: ¿qué es esa cosa llamada criptomoneda? Intentar responder esta pregunta, nos lleva a establecer, entonces, las propiedades esenciales de las criptomonedas y como ellas difieren de sus pares.

Las propiedades esenciales de una criptomoneda y sus diferencias con otros tipos de monedas se pueden apreciar en el mapa conceptual de la Fig. 1.

Figura 1. Clasificación de las monedas y definición de las criptomonedas

En general, las monedas digitales son medios electrónicos de intercambio comercial o pago que poseen funciones similares a las monedas físicas, pero que difieren en su naturaleza inmaterial o abstracta; pues, se representan mediante datos digitales almacenados en uno o más computadores o dispositivos móviles y se transfieren a través de redes digitales.  Todos los tipos de monedas digitales requieren el uso de un sistema electrónico de pago que se encarga de la representación, almacenamiento, transferencia y control de las monedas.

A diferencia de las monedas digitales de curso legal, como el dólar, el euro, el yaun o el bolívar, las monedas virtuales no son creadas ni controladas por un ente financiero o banco central. Las monedas virtuales son, como bien las define el Fondo Monetario Internacional en una nota publicada en enero de 2016 titulada “Monedas virtuales y más allá”:

“Las monedas virtuales son representaciones digitales de valor, emitidas por desarrolladores privados y denominadas en su propia unidad de cuenta. Las monedas virtuales se obtienen, almacenan, acceden y transan electrónicamente y se pueden usar para una variedad de propósitos siempre y cuando las partes involucradas así lo deciden”

Las monedas virtuales varían a su vez en función de dos propiedades: su convertibilidad entre monedas y su grado de centralización o control. La convertibilidad es la propiedad que le permite a la moneda ser convertida a otro tipo de moneda o ser usada como medio de pago de bienes y servicios. Por su parte, la centralización está asociada al control que un gobierno o banco central ejerce sobre una moneda. Las criptomonedas son descentralizadas, esto es, no son controladas por ningún gobierno o banco central. Su control solo lo ejerce la comunidad que la crea y utiliza. Y su éxito está sujeto, en buena medida, a la confianza que sus creadores y desarrolladores inspiren en los usuarios de la moneda.

A partir de esta clasificación, podemos, entonces, definir a una criptomoneda como un tipo de moneda virtual que no es de curso legal, que es convertible a otras monedas, activos, bienes o servicios; que es descentralizada, es decir, no controlada por bancos centrales y que hace uso de una tecnología fundamentada en la criptografía digital, denominada la cadena de bloques, la cual se instala en una extensa red de computadores interconectados y dedicados al intercambio de valor entre pares.

Toda tecnología se crea y desarrolla a partir de otras existentes que le dan soporte o fundamento. Las criptomonedas no son una excepción. Ellas se crean, desarrollan y evolucionan a partir de un conjunto de tecnologías digitales que le sirven de fundamento teórico y soporte instrumental. El desarrollo, operación, uso y evolución de una criptomoneda requiere de un complejo sistema de componentes lógicos y físicos que son el resultado de la aplicación de principios, métodos y técnicas provenientes de tres disciplinas informáticas: La Criptografía Digital, el Internet del Valor (IoV) y la Cadena de Bloques (Blockchain) como tecnología emergente.

Criptografía Digital

La palabra criptografía viene del griego κρύπτos (criptos) que significa oculto y γραφη (grafé) que significa «grafo» o «escritura». El término “criptografía” se refiere, por lo tanto, a la escritura oculta. El primer método criptográfico conocido es la Escitala y fue creado por los espartanos 400 a.c. El mensaje se escribía horizontalmente sobre tela enrollada en un bastón y solo podía ser leída usando otro bastón del mismo grosor.

Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes emplearon un sistema criptográfico denominado Enigma, en el cual las claves se distribuían diariamente y en la forma de libros de códigos que eran enviados separadamente de los mensajes encriptados, tanto a los remitentes como a los destinatarios.

Los ingleses, por su lado, desarrollaron una máquina electromecánica denominada Bombes, que descifraba los mensajes que transmitían las máquinas Enigma creadas por los alemanes. Esta máquina fue diseñada y construida por un grupo de matemáticos y criptólogos dirigidos por Alan Turing, considerado uno de los padres de la computación digital.

Las criptomonedas emplean un tipo de encriptado denominado criptografía asimétrica o de clave pública (ver Fig. 2), la cual genera un par de claves diferentes; una pública usada para cifrar o verificar y una privada usada para descifrar o firmar el mensaje. Ambas claves están matemáticamente relacionadas a través de sus algoritmos de encriptación.

Figura 2. Criptografía Asimétrica o de Clave Pública

Un mensaje encriptado con la primera clave debe descifrarse obligatoriamente con la segunda. La clave pública la puede tener cualquier emisor de mensajes y se distribuye por cualquier medio; mientras que, la clave privada solo es conocida por el receptor y debe estar debidamente protegida.

La criptografía asimétrica tiene dos modalidades de uso. La primera de ellas, denominada firma digital, es una técnica en la que el emisor cifra (o firma) el mensaje con la clave privada; mientras que, el receptor lo autentica usando la clave pública. Un ejemplo del uso de esta técnica lo tenemos en las constancias de trabajo que emite digitalmente la Dirección de Asuntos Profesorales de la ULA. La segunda técnica de encriptado permite que cualquier persona, que posea una clave pública asociada a un determinado receptor, envíe un mensaje cifrado, el cual solo puede ser descifrado por el receptor usando su clave privada. Esta última modalidad es la utilizada en las carteras digitales para enviar y recibir dinero.

El Internet del Valor

La Internet ha habilitado la creación y evolución de nuevos tipos de redes digitales de propósito específico, entre los cuales se destacan: la Internet de las Cosas, que interconecta a miles de dispositivos electrónicos, físicos y electromecánicos de diversa naturaleza; la Internet de la Gente, que conecta a millones de personas a través de las redes sociales; y la Internet del Valor, que ha facilitado el intercambio global de bienes y servicios sin límites de espacio geográfico, ni restricciones de tiempo.

Si bien el Internet del Valor no es un concepto nuevo, pues sobre este concepto se han desarrollado los sistemas de pago electrónicos y el comercio electrónico, es en los últimos años, con el surgimiento de la cadena de bloques, que el Internet del Valor adquiere relevancia y evoluciona hacia lo que se conoce como “el intercambio de valor entre pares”.

Esta frase “intercambio de valor entre pares” tiene un significado muy especial que conviene analizar. Por un lado, el término intercambio de valor se refiere no solo al intercambio de unidades monetarias, sino al intercambio de todo aquello que valga para alguien; es decir, todo aquello que sea de importancia o utilidad para una persona u organización, que satisfaga los requerimientos particulares de esa persona u organización o que, simplemente, le proporcione conocimiento, bienestar o deleite.

Se considera, por lo tanto, de valor a cualquier activo tangible (p.ej., inmueble, vehículo, consumible, prenda de vestir, etc.), a una propiedad intelectual (p.ej., libro, artículo, arte, desarrollo científico, patente, etc.) o a cualquier servicio que se preste (p.ej., entretenimiento, conocimiento, cultura, etc.).

Por otro lado, el término intercambio entre pares se refiere a un intercambio de valor directo y sin intermediarios entre dos sujetos, uno que entrega valor y otro que lo recibe, mediando entre ellos solamente la tecnología. En esta relación no interviene, por lo tanto, una entidad reguladora como un banco o institución financiera.

La Cadena de Bloques (Blockchain)

La cadena de bloques es la tecnología digital que ha hecho posible la evolución de la Internet del Valor. Si bien la cadena de bloques surge como el soporte tecnológico de las criptomonedas, particularmente del Bitcoin, hoy en día es considerada una tecnología independiente que evoluciona separadamente de las criptomonedas. Esta tecnología está llamada a jugar un papel fundamental en la transformación digital de la sociedad actual, dado que modifica radicalmente la manera en que los eventos y transacciones de activos de cualquier tipo se almacenan, verifican y acceden.

La cadena de bloques es un tipo de libro contable digital que sirve para registrar, almacenar y verificar eventos y transacciones de intercambio de valor entre dos pares. Se caracteriza por ser distribuido, descentralizado, abierto y seguro. La cadena de bloque es, en esencia, una base de datos distribuida y descentralizada que almacena una réplica de las transacciones, en cada uno de los nodos de la red de computadores donde la cadena de bloques opera. Veamos cómo funciona esta cadena (Fig. 3).

Figura 3. Funcionamiento de la Cadena de Bloques

Cada transacción se cifra usando algoritmos criptográficos de clave pública. Cada cierto tiempo, las transacciones se agrupan formando un bloque que es enviado a cada uno de los nodos de la red para verificar sus transacciones. Una vez que se verifica la validez y unicidad de cada transacción del bloque, ese mismo bloque se almacena en cada nodo formando una cadena de bloques. Dado que la cadena de bloques está replicada en cada nodo, no hay posibilidad alguna de alterar el contenido de una de ellas sin que el resto de los nodos se enteren.   Ello hace que la información contenida en la cadena de bloques sea inviolable e inmodificable, en otras palabras, segura.

Cada bloque de la cadena es una estructura de datos que contiene el cifrado de ese bloque, el cifrado del bloque anterior y el cifrado de cada una de las transacciones que forman el bloque (ver Fig. 4). El cifrado se realiza mediante algoritmos criptográficos que convierten archivos de datos, de cualquier tipo y longitud, en una cadena única e irrepetible de caracteres de longitud fija. Así, por ejemplo, el algoritmo SHA-256, utilizado en la plataforma Bitcoin, convierte a cada archivo de entrada en una única secuencia de caracteres de 256 bits de longitud. El algoritmo debe garantizar que para dos archivos de entrada diferentes no hay posibilidad alguna de que se produzca una colisión, es decir, dos salidas iguales.

 

Figura 4. Cifrado y estructura de la cadena de bloque

Cada transacción se cifra usando la clave privada del emisor o persona que realiza la transacción. Una vez cifrada, la transacción puede ser descifrada y verificada por cualquier persona que tenga la clave pública; pero, no puede ser modificada. El cifrado y el encadenado de los bloques hacen que su contenido no pueda ser modificado. Por esta razón, las cadenas de bloques son inmutables e inviolables, lo que las convierte en una tecnología idónea para la creación, desarrollo, uso y gestión de criptomonedas.

Las criptomonedas vistas como sistemas

Para comprender a las criptomonedas con mayor profundidad y alcance se hace necesario acudir al pensamiento sistémico, que nos permite verlas desde diferentes perspectivas y en términos de sus componentes, las relaciones entre ellos y las relaciones del todo con su entorno. Las criptomonedas no son entes aislados que pueden ser producidos, almacenados y administrados de la manera como se trata el oro o las monedas metálicas, es decir, como activos físicos o tangibles. Las criptomonedas son activos digitales y, por consiguiente, inmateriales que requieren de un complejo sistema informático encargado de crearlas, almacenarlas y administrarlas. Este sistema se compone de un elevado número de elementos heterogéneos que interactúan para alcanzar objetivos predeterminados y de cuya interacción emergen propiedades estructurales, funcionales y dinámicas que solo pueden ser atribuidas al todo.

A este conjunto de partes que interactúan para crear, almacenar y administrar criptomonedas lo he denominado Sistema de Gestión de Criptomonedas – SGC (Ver Fig. 5). Forman parte fundamental de este sistema: la red de nodos de hardware, donde se crean y transan las criptomonedas; la plataforma de software que las crea; la cadena de bloques donde se almacenan las transacciones; las carteras digitales que almacenan las criptomonedas; los procesos encargados de la gestión del sistema; y, por supuesto, los actores humanos que, con el apoyo de la tecnología, ejecutan estos procesos.

Figura 5. Componentes de un Sistema de Gestión de Criptomonedas

Estas partes o elementos del sistema los hemos agrupado, de acuerdo a tres perspectivas diferentes pero complementarias: financiera, organizacional y tecnológica.

La primera de ellas agrupa los componentes financieros del sistema; la segunda tiene que ver con los componentes humanos y organizacionales encargados de ejecutar los procesos que le dan vida al sistema; y la tercera perspectiva congrega a los componentes tecnológicos, que llevan a cabo la automatización de las operaciones y transacciones financieras.

Veamos, a continuación, los elementos que componen cada una de estas perspectivas con mayor detalle.

Componentes Financieros del Sistema de Gestión de Criptomonedas

El producto y componente financiero central de todo Sistema de Gestión de Criptomonedas es la unidad monetaria denominada ficha o token. Esta unidad es intangible y solo existe como un conjunto datos binarios que representan un determinado valor asociado a transacciones de compra y venta. Los datos que representan cierta cantidad de unidades monetarias se almacenan, junto a las transacciones, en las carteras digitales de cada usuario o en los sistemas de compra-venta de las casas de cambio.

  • ¿Cómo abrir una cuenta para realizar transacciones con criptomonedas?

Las carteras digitales son los medios que emplea los usuarios para almacenar, enviar y recibir criptomonedas de un mismo tipo y, en algunos casos, de tipos diferentes. Estas carteras se crean a través de las casas de cambio o en la página oficial de los creadores de la criptomoneda. Las carteras se crean bajo diferentes formas o medios, por ejemplo:  impresas en papel, en aplicaciones móviles o de escritorio, en línea en el sitio oficial de la criptomoneda, en línea bajo control de una casa de cambio o en dispositivos electrónicos especiales, similares a un pendrive. La cartera digital almacena cada transacción de compra y venta que su propietario realice. Actúa, por lo tanto, como un libro de registro contable personal que solo puede ser accedido por su propietario mediante una clave privada única y anónima. Para recibir dinero digital, el propietario de la cartera debe compartir una clave pública asociada a su cartera.

  • ¿Cómo y dónde comprar y vender criptomonedas? 

Las casas de cambio son empresas virtuales que actúan como intermediarios entre compradores y vendedores de diferentes criptomonedas. Emplean una plataforma tecnológica propia que facilita, a sus usuarios, la realización de transacciones de compra, venta y cambio de criptomonedas de diferentes tipos, incluyendo, también, a las monedas de curso legal, tales como el dólar, euro, etc.

Componentes Organizacionales del Sistema de Gestión de Criptomonedas

Todo sistema de gestión de criptomonedas tiene una estructura organizacional claramente definida, en la cual sus actores ejercen roles preestablecidos y ejecutan un conjunto de procesos que determinan la funcionalidad u operación del sistema.

  • ¿Cómo se crea una nueva criptomoneda?

El primer proceso para crear una nueva criptomoneda y su sistema de gestión es la elaboración de un plan de proyecto que: (1) establezca las características de la criptomoneda; (2) describa sus ventajas sobre otras existentes, de tal manera que pueda atraer inversionistas y compradores; y (3) estime el esfuerzo, costo y tiempo necesario para crearla.

  • ¿Qué es la Oferta Inicial de la Moneda (ICO – Initial Coin Offering)?

A este primer proceso le sigue, la Oferta Inicial de la Moneda o ICO, por sus siglas en inglés. A través de esta oferta inicial, los creadores de la moneda obtienen, de inversionistas de alto riesgo, el capital necesario para llevar a cabo el plan del proyecto de creación. Algunas ofertas iniciales de la moneda han llegado a ser sumamente exitosas. Por ejemplo: Ethereum consiguió fondos por más de 18 millones de dólares; DAO, una moneda basada en la plataforma Ethereum, alcanzó cifras de más 150 millones de dólares y Status.im logró un record de más de 270 millones de dólares en solo horas de la apertura de su oferta inicial.

  • ¿Quien desarrolla la plataforma Blockchain donde opera la criptomoneda?

El siguiente proceso – el desarrollo de la plataforma tecnológica – es labor de los ingenieros de software y de los programadores de aplicaciones. Este equipo de especialistas informáticos se encarga de crear o adaptar el software que gestionará la cadena de bloques y la operación de la red de nodos de minería; así como, de producir aplicaciones especializadas y ajustadas a las características propias de la criptomoneda que se quiere crear.

Generalmente, la plataforma de una nueva criptomoneda se crea a partir de una plataforma existente de código abierto como, por ejemplo, Bitcoin y Ethereum. Dado que el código de la plataforma Bitcoin es abierto, la mayoría de las criptomonedas existentes han sido creadas a partir de la reutilización y adaptación de dicho código, lo que simplifica, enormemente, el esfuerzo necesario para desarrollar la plataforma tecnológica de una nueva moneda. A ello se debe la creciente cantidad de criptomonedas que ha surgido en los últimos años. En principio, cualquier programador o ingeniero de software puede crear fácilmente su propia criptomoneda. El éxito que esa moneda pueda tener es, por supuesto, otro asunto muy diferente.

  • ¿Qué es la Minería de Criptomonedas?

Una vez creado los componentes tecnológicos de la criptomoneda, se da inicio a las operaciones de minería a través de las cuales se crean las criptomonedas y se verifican y almacenan sus transacciones. Es, en este proceso, donde entren a jugar los mineros, quiénes mediante equipos especiales de computación, de mediana o alta capacidad de computo, integran, configuran y participan en la red de minería.

Sobre esta red se instala y ejecuta la plataforma de software que gestiona la cadena de bloques. Los nodos de la red son los encargados de almacenar, en la cadena de bloques, todas las transacciones de compra-venta que los actores realicen y de verificar que estas transacciones sean seguras y confiables; esto es, eviten el conocido problema del doble gasto que mencionamos anteriormente.

Por su aporte computacional a la red de servidores, los mineros reciben una compensación consistente en unidades monetarias que ellos almacenan en sus carteras digitales. Además de la oferta inicial de la moneda, la minería es la otra manera de crear las monedas.

  • ¿Qué operaciones puedo realizar con criptomonedas?

Finalmente, los compradores, vendedores y negociantes de criptomonedas conforman el grupo de usuarios a los cuales está dirigido este sistema. Ellos utilizan el SGC con tres propósitos diferentes: (1) pagar por la compra de bienes y servicios, (2) almacenar o reservar valor, esto es, ahorrar a mediano o largo plazo y (3) realizar operaciones de negociación.

  • ¿Qué es la negociación o trading de criptomonedas?

La negociación de criptomonedas (Trading) es un proceso de compra y venta de monedas a muy corto plazo que se realiza de manera directa par-a-par o bien a través de las casas de cambio. La negociación de criptomonedas es similar al mercado bursátil, pero es considerado un proceso de muy alto riesgo debido a la volatilidad de las criptomonedas.

Componentes tecnológicos del Sistema de Gestión de Criptomonedas

La parte tecnológica de un SGC está integrada por componentes físicos y lógicos. El software – o componente lógico del sistema – lo conforman diferentes tipos de aplicaciones o sistemas de software, siendo la plataforma Blockchain el componente tecnológico central, cuya función principal es la gestión distribuida y descentralizada de la cadena de bloques. Este componente implementa los protocolos de comunicación que la red de servidores de minería requiere; así como, los algoritmos criptográficos y de lógica de negocios necesarios para cifrar las transacciones, crear las criptomonedas y garantizar la seguridad de la cadena de bloques.

Bitcoin, Ethereum, Ripple y Hyperledger son las plataformas Blockchain de mayor uso. La mayoría de ellas es de código abierto; razón por la cual, muchos desarrolladores de software las reutilizan y extienden para crear nuevos tipos de criptomonedas.  Estas plataformas varían en la manera como manejan la verificación de las transacciones; así como, en el dominio al cual ellas están dirigidas y en su habilidad para crear aplicaciones que van más allá de las monetarias. La plataforma Ethereum, en particular, agrega a las transacciones un tipo especial de aplicaciones denominadas contratos inteligentes. Estas pequeñas piezas de código extienden las capacidades de una cadena de bloques para implementar sistemas no financieros.

Por otra parte, el hardware o componente físico de un SGC está constituido por: (1) una red de servidores o red de nodos, (2) un conjunto de servidores de intercambio o negociación y (3) un conjunto de computadores y dispositivos móviles que utilizan los usuarios para realizar sus transacciones.

La red de nodos, en particular, es una estructura computacional distribuida e integrada por un conjunto numeroso de servidores o computadores que se conectan entre sí para darle al sistema un poder computacional equiparable al de un supercomputador. La plataforma Blockchain se instala en cada uno de los nodos de la red.

Los nodos de minería

Bitcoin y Ethereum son consideradas parte de la primera generación de plataformas Blockchain. En esta primera generación, cada nodo de la red se compone de uno o más computadores de propósito específico, que están dedicados totalmente a las actividades de minería. El elemento central de estos computadores es un procesador de propósito específico, que está optimizado para realizar operaciones de cálculo a muy alta velocidad, conocido como Unidad de Procesamiento Gráfico o GPU. Cada una de estas unidades consume entre 100 y 200 vatios de potencia eléctrica, lo cual hace que las instalaciones de minería, tanto caseras como industriales, tengan un alto consumo de energía eléctrica.

La segunda generación de la plataforma Blockchain, actualmente en desarrollo, requerirá un consumo energético menor; pues, estará integrada por servidores y dispositivos móviles convencionales o de propósito general.

Como hemos podido apreciar, una criptomoneda depende de una estructura tecnológica sofisticada y compleja; así como, de aspectos económicos, financieros, humanos y organizacionales que están estrechamente relacionados.

La cadena de bloques: Más allá de las criptomonedas

Para finalizar, quieremos destacar la importancia que la cadena de bloques tiene como una nueva tecnología digital, cuyas aplicaciones potenciales traspasan los límites del área monetaria y se pierden de vista. El potencial que la cadena de bloques tiene como tecnología de base es enorme; pues, sirve, a otras tecnologías emergentes, de fundamento o medio seguro y confiable para almacenar, distribuir, acceder y proteger información digital de cualquier naturaleza.

Sin ánimo de querer predecir el futuro, no cabe duda alguna de que esta tecnología se convertirá en un vehículo ubicuo cuya aplicación, en diversos sectores de la sociedad digital, transformará la manera en que, actualmente, manejamos los datos y la información. En principio, cualquier activo de información textual, gráfica o multimedia, que requiera ser protegido y distribuido globalmente, podrá ser gestionado mediante cadenas de bloques.

La lista presentada en la Fig. 6 es sólo una muestra del uso que ya se le está dando a la cadena de bloques.

Figura 6. Otras aplicaciones de la Cadena de Bloques

Como puede apreciarse, la aplicabilidad de la cadena de bloques trasciende al uso monetario; va mucho más allá, al permitir que los datos de cualquier objeto de valor, bien sea un activo, un bien o un servicio, pueda almacenarse, distribuirse, protegerse y accederse globalmente.

El Petro

No queremos concluir esta parte de la conferencia sin hacer mención al Petro, la criptomoneda lanzada por el Gobierno Nacional en febrero de este año.

Existen aún muchas dudas en relación a las propiedades de esta moneda, a sus procesos de compra-venta, minería y negociación y a su plataforma Blockchain. La información tecnológica que proporciona el portal oficial www.elpetro.gob.ve es escasa. La Fig.7 resume los principales aspectos de esta moneda.

Figura 7. Aspectos generales del Petro

Reflexiones finales

Las tecnologías digitales que sirven de soporte a las criptomonedas, concretamente la Cadena de Bloques y el Internet del Valor, son tecnologías disruptivas muy recientes, cuyo impacto en la economía y demás sectores de la sociedad apenas empieza a notarse. La Cadena de Bloques está ocasionando transformaciones profundas en la manera como los datos se almacenan, protegen y acceden. Se espera que el impacto que esta nueva tecnología producirá, en los próximos años, sea similar o superior a aquella que ocasionó la red mundial Web en décadas pasadas.

Estas dos tecnologías – Cadena de Bloques e Internet del Valor – se unen a otras tecnologías emergentes, tales como el Internet de las Cosas, el Aprendizaje Inteligente y los Grandes Datos, para dar paso a un número ilimitado de oportunidades de investigación y desarrollo.

De la integración de estas tecnologías, están emergiendo nuevas aplicaciones, en diversos sectores, que tienen que ver con el almacenamiento, seguridad, protección, recuperación, uso y gestión de cualquier tipo de activo digital o documento de valor.

La transformación digital que estas nuevas tecnologías crearán en la sociedad contemporánea apenas comienza.

Conferencia dictada en la Academia de Mérida el día 4 de abril de 2018.

Dr. Rafael E. Solórzano, Individuo de Número, Sillón 11
Dr. Jonás A. Montilva C., Miembro Correspondiente Estadal

Anexos de la Parte I:
PRINCIPALES AGREGADOS DE OFERTA MONETARIA 

         M1 = (Monedas y billetes) + Depósitos a la vista

               = Dinero Circulante  =  Oferta monetaria

         M2 = M1 + Depósitos de ahorro + Depósitos a Plazo

               = M1 + Cuasi-dinero 

               =  Liquidez Monetaria                               

           M3 = M2 + Cédulas hipotecarias

                 = Liquidez ampliada 

Designando por  C  las monedas y billetes en manos del sector privado no bancario y por R las reservas totales de los bancos comerciales, se obtiene la Base Monetaria (H), también llamada Emisión Primaria, o Dinero de Alto Potencial, como la suma de ambos componentes:

H = C + R

La base monetaria H es el factor más importante en la determinación de la oferta monetaria, ya que los procesos de creación de dinero de curso legal (banco central) tienen que ver directamente con C, mientras que los de creación de dinero bancario dependen fuertemente del monto R de las reservas del sistema bancario y de los excedentes de reservas por encima de las reservas legales que los bancos comerciales  deben depositar en el banco central.

 

 

 

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