Por: Dr. Eleazar Ontiveros Paolini, Presidente de la Academia de Mérida

Poema dedicado a la memoria de la Dra. Nancy Freitez de Sardi


 Se esparció tu postrer suspiro
 En las raíces de tantos árboles
 Abonados con amor.
 Plenos están de la savia
 Que alienta los tiempos
 Carentes de premuras.
  
 Ido habías más allá del extremo
 De los posibles elusivos;
 Pesabas tu intelecto de oro, en las onzas
 Broqueladas en el corazón de los hijos,
 Del esposo fiel y en el calor de
 Tantas amistades, arraigadas
 En la certidumbre de lo perdurable.
  
 Ahora los Arcángeles cobijan
 Los ensueños en el escenario
 De la infinitud eterna, sin principio ni final.
  
 Sin precipitación alguna,
 Escucharás el silbo de nuevas
 Edades del lenguaje declamado en las
 Voces de melifluos tonos gregorianos.
  
 No dejarás de percibir el ir del
 Impetuoso Chama, que te enseñó
 En vida a caminar hasta el más allá
 De la voluntaria sumisión al intelecto.
  
 Tendrás las llaves para abrir las puertas
 De los domingos y tañeras los campanarios,
 Sin la mengua que pudo delimitar, en los
 Momentos de la incertidumbre, el discurrir
 De tu existencia hadada.
  
 Oirás cantar los pupitres en el coro
 De las aulas y pintarás con tizas de devota
 Maestra el saber que embelesa
 La gratitud de los recuerdos.
  
 Seguirás nombrando el mundo
 En la libación intelectual de la Academia,
 Aupando el parto de las ideas inconclusas,
 Que bebemos con sed en los flancos
 De las coincidencias, con la anuencia
 De algunos dioses momentáneos,
 Que despreocupados seguirán
 Diciéndonos de las utopías, ya que conocen
 Las sentencias aplectivas del saber.
  
 Te seguirá protegiendo el alero,
 De la bicentenaria casa siempre joven.
 La de tus mágicos haberes;
 La del regazo tibio, acogedor, materno,
 Fragua indetenible de los pensamientos
 Que hacen a la historia relevante;
 Cuba sin igual en que la inteligencia,
 Define con los juicios ciertos,
 Los sabores sin par de lo que se
 Siente eterno. 
  
 Ayúdanos a reemprendernos
 En nosotros mismos, en el clamor
 Del sustento de todos los inicios,
 Sumidos en la mística unión indisoluble.
  
 Eleazar Ontiveros
 Mérida 23 de abril de 2020. 
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